Historia

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Los árabes que habitaban en la península fueron los que iniciaron la historia de Cocentaina como una ciudad en el siglo IX. En aquella época, Cocentaina, se construyó para defenderse de las incursiones que realizaba el ejército cristiano por la comarca. Gracias a la abundancia de agua y la red de acequias les permitió tener una destacada actividad agrícola. Los muros y diferentes barrancos que rodeaban la ciudad actuaban como defensa natural y además construyeron un castillo encima del tosal.

Cocentaina fue, casi por tres siglos, la capital civil, militar y administrativa del territorio árabe.

Las tropas cristianas la conquistan en 1245 y debido a un acuerdo Jaume I se nombró señor y rey del territorio convirtiendo la ciudad en una totalmente nueva. Ese mismo año se decreta la carta puebla que convierte a Cocentaina en una villa cristiana y feudal. Esta época estuvo marcada por los constantes ataques protagonizados por el caudillo Al-Azraq, que no cesaron hasta su derrota en 1275.

El año 1304 la villa fue saqueada e incendiada por los musulmanes procedentes de Granada, este acontecimiento fue el causante de que los actuales habitantes reciban el apodo de «Socarrats».

Cuando Cocentaina pasó a ser posesión de Alfonso III vendió la villa por 80.000 florines al militar Jimeno Pérez de Corella, al que nombró conde.

En 1609 Felipe III ordenó la expulsión de los moriscos y tan solo en tres días debían abandonar la ciudad para ir a los puertos cercanos y llevarlos al norte de África. Este hecho provocó una decadencia económica y se recuperaron de ella en el siglo XVIII y la villa no dejó de crecer, llegando a alcanzar la cifra de 6.000 habitantes en el siglo XIX y pasaron a depender de los duques de Medinaceli.

Hacia finales del sliglo XIX se comenzó a originar una industrialización de textil inducida por Alcoy, pionera de la actual industria. Además se creó el Tren Alcoy Gandía en 1893, que mejoró la comunicación entre diferentes pueblos.